viernes, diciembre 24, 2004

Carta

Queridos Reyes Magos:

He estado pensando en estos días festivos, cómo me he portado este año y la conclusión que saco es que la verdad, no me he portado realmente bien, bien... sólo bien a medias, o por ser sincera, regular tirando a bajo.

He protestado más que nunca, me he metido con los chulos de Educación Física a más no poder, me he reído de ellos y hasta lo he hecho público. También he discutido mucho con mis hermanos, sobre todo, con el mayor, y aún no entiendo las razones de su comportamiento. Le he echado en cara a mi padre que no he tenido una infancia normal como la de cualquier niño y a mi madre le he hecho sufrir con mi soberbia actitud. Este año también se han rajado un poco los lazos de amistad con algunos piñones, quizás por mis sentimientos o quizás porque ellas no entendían por qué actuaba de ese modo. Me he desesperado mucho con el sobreproteccionismo de mi abuela con su nieto favorito y he llegado a decir que quería largarme de casa y no verlos más. He aprendido en este largo año que sigo sin confiar en los chicos, sigo poniendo barreras a todo tipo de relaciones nuevas...

Por otro lado, creo haber ayudado a mis dos sis cuando me necesitaban y a mis chicos también, aunque sigo sin saber qué decirle a Iván cuando dice que estamos desaprovechando nuestra juventud. Marian debería de estar orgullosa de mí porque el número de entradas en la lista negra ha descendido... creo que ya no soy tan orgullosa como el año pasado e incluso Edu me ha dicho que estoy más simpática. Intento valorar las cosas chicas de la vida pero hay cosas que me sobrepasan y me hacen empequeñecer a mí. Este año he luchado por mis creencias aunque a mi madre le haya dado algún que otro disgusto. Me he llevado algún que otro berrinche pero lo he sabido llevar con el tiempo. Ya no digo a todo “me parece mal”, e intento ver otros puntos de vista. Me he reído muchísimo este año, incluso de mí, que supongo que es un paso para aceptarme cómo soy. Podría decir que mi pequeño infierno ya acabó, podría decir que ya no expulso mis entrañas por la boca y que me estoy queriendo un poco más. Es un gran paso para mí y qué pena que no pueda compartirlo con nadie más.

Para terminar decir que no tenía la intención de llenar la carta con mi vida, ni pidiendo regalos. Pienso que lo que se lleva por dentro y se regala tiene mucho más valor que otra cosa. Sólo quiero pedir una cosa. Sólo una. Pero es muy complicada, aunque es lo que más deseo en estos momentos. Por eso, deseo, pido, quiero... que el peke del grupo se ponga bueno YA y pueda disfrutar de estas fiestas en familia, como todo el mundo, que no tenga que estar encerrado en esas cuatro paredes blancas y frías solo, tó margi como dice él, porque su actitud es la de un crack, no se ha rendido y sigue dándonos ánimos a nosotros, muy fuerte sí. Es muy injusta la vida cuando te trata así. Y no puedo escribir más porque me entra la llorera esta débil que me caracteriza.
(Por otra parte no deja de rondarme en la cabeza los resultados de las pruebas de Noe y Estre... qué movida!)

Vivir se está convirtiendo en un deporte de riesgo y yo tengo demasiado vértigo como para poder seguir en las alturas y dar ánimos a quienes permanecen en lo alto.

Sin más...

Se despide Haushinka con estado indiferente al mundo.

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