martes, mayo 17, 2005

Algo sobre nada

He dejado la puerta abierta por si quieres volver.
Perdón si fui muy brusca y mis palabras te sonaron a ladridos.
No lo digas, lo sé. Te conozco desde hace tiempo para que te comportes así de formal.
Me incomoda verte de nuevo, pero más aún me arrepiento y me pasa darte la espalda.

Fui consecuencia de tu mirada.
Desembocó en un mar de lágrimas.
Tú levantaste la cabeza y miraste al cielo.
¿Por qué callas cuando callas y hablas cuando dices?
No sé si el que está imposible eres tú, o yo, o simplemente la situación.

Mejor dejo la puerta entornada y haz lo que te plazca.
Pero avisa qué vas a hacer por si quieres qe espere levantada.

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