sábado, septiembre 08, 2007

Tiempo al tiempo

“¿Cuanto tiempo ha de pasar para que suceda…?” se repetía siempre que esa sensación le llegaba desprevenida. Otra vez te confiaste y te hirieron. Otra vez bajaste la guardia y pensaste que lo que viste era distinto. Distintas personas, distintos hechos pero al fin y al cabo mismos sentimientos florecidos. Tu capa de hielo ya se derretía cuando te diste cuenta con algo de desesperación que aquello, de nuevo, no te convenía. Te engañaron. Los amagos no te dolían y te dejaste querer, hasta que las consecuencias arañaron tu vital músculo. Y siempre dando consejos que luego no puedes poner a prueba. No vienen oportunidades y no entiendes bien por qué. Eres una bella persona por dentro y por fuera y te la juegan. ¿Por qué? Parece que no hay explicación para todo. Es la muerte de tus sentimientos y de tus oportunidades. Se desvanecen tal cual vinieron. Pensaste que esta vez era la perfecta, que por fin, todo lo que ves en los otros podrías experimentarlo por ti misma, pero el destino de nuevo truncó la llegada de algo que te haría crecer. Y ahora, te vuelves más pequeña, más oscura, más retorcida, y sigues dando consejos a la gente que te lo pide con un brillo de ojos especial que te hace tan característica.

Tiempo, todo el mundo pide tiempo. Para un suspiro más, para encontrar lo que la desgana dejó en el camino, para encender la llama que la tercera persona apagó, para organizar las ideas, para tener una oportunidad.

Necesitamos tiempo. Segundos, horas, semanas… tiempo al tiempo.

Etiquetas:

| ""