domingo, octubre 02, 2005

El poder de la música

Lloras... lloras mientras cantas palabras llenas de dolor. Accidente, sangre. Y tú sigues ahí, inmóvil bajo la lluvia. Ya no sé si lo que veo es la lluvia o las lágrimas que tus ojos derraman. Y me pregunto qué te hace componer una canción así, si tú has sufrido algo como lo que cantas. Pareces tan fuerte e irrompible con tus atuendos. Pero sigues ahí llenando mi pantalla de confusión de coches, cristales rotos que se mezclan en la ropa manchada de sangre, y un alma que se va. Y yo me digo que si yo tuviese el don de tener una linda voz, o al menos no desafinada, también lloraría debajo de la lluvia y por ese tema. Aunque yo tengo la certeza de que sé por qué lloro, de qué se siente cuando ocurre algo así y cómo te quedas después de ver cómo esa persona se ausenta. No sé si me gusta tu melodía, o es la letra, o es el reflejo de verme ahí, empapada como para pillar una pulmonía y sintiéndome que quiero irme contigo para poder compartir abrazos y besos.

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